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ATRACTIVOS TURÍSTICOS
Corral es una de las comunas más atractivas de la Región de Los Ríos,
no sólo por la belleza de su paisaje
natural, sino también por su patrimonio histórico y cultural.
¿CÓMO LLEGAR?

A la comuna se puede acceder vía terrestre, en dirección al sur de Valdivia (Ruta T- 207) y, posteriormente desviándose por un camino de ripio en dirección a Corral por aproximadamente 50 kilómetros. Otro acceso a Corral es por vía fluvial, usando los servicios de embarcaciones turísticas que salen desde Valdivia o los transbordadores, que se toman en el embarcadero de la localidad de Niebla (a 17 kilómetros de Valdivia).

Los castillos y fortalezas de piedras, levantados por los españoles para defenderse de los ataques de piratas y corsarios de siglos pasados, constituyen un valioso patrimonio histórico de la zona. Asimismo, los bosques milenarios de alerces y de olivillos costeros se erigen como un patrimonio natural que impactan con su belleza a los visitantes.

Además sus hermosas playas, caletas de pesca artesanal, junto a la práctica de trekking, pesca recreativa y comida con acento local, lo convierten en una excelente opción para considerar en toda temporada.

¿Dónde ir?

La ruta de la Historia:
Fortificaciones españolas

La ruta de los castillos y fuertes encanta, tanto por su arquitectura como por sus vistas a los ríos. Estas construcciones constituyeron el mayor sistema de defensa construido en el Sur de América, ante la amenaza de piratas y corsarios de arrasar con la costa del Pacífico durante los siglos XVII y XVIII.

El más grande y mejor conservado es el fuerte de Corral, que incluye el bastión de San Sebastián de la Cruz y líneas completas de cañones.

En la orilla norte del río, existe el fuerte Niebla, recientemente restaurado y que cuenta con un museo que recopila colecciones de la historia de las fortalezas. El fuerte Mancera, ubicado en la isla del mismo nombre es también un imperdible. Fue el primero en ser construido por los españoles. A esto se suman los fuertes de Amargos y San Carlos y las baterías de cañones, ubicadas en Chorocamayo y Morro Gonzalo, Corral.

Ruta del Mar y Parque del Alerce Costero

En la ciudad puerto, es imperdonable no contemplar el Castillo de Corral, que en temporada de verano produce una representación histórica con actores locales.

Chaihuin ofrece además cabañas, una hermosa playa y, para los amantes de la naturaleza, acceso al Parque Nacional del Alerce Costero y la Reserva Costera

Valdiviana con hermosos senderos para recorrer. Ahí se encuentra el famoso abuelo Alerce Milenario, ejemplar con más de 3.500 años en nuestro planeta.

Y luego, desde este puerto acceder a la Ruta del Mar para conocer caletas de pescadores y lugares encantadores.

Ruta del Mar se le llama al camino costero que une la ciudad de Corral con la localidad de Chaihuin. Los 22 kilómetros que las separan presentan un hermoso camino con fuertes españoles, como el de Amargos y San Carlos, y varias localidades para visitar como Huape, y Los Liles con restaurantes y miradores, o Huiro donde existe una pequeña caleta de pesca artesanal, loberías, senderos y la comunidad indígena de Huiro.

Mayor Sistema de defensa del Sur de América

El Castillo de San Pedro de Alcántara y su Plaza de Armas está ubicado en la isla Mancera, al borde oriental de la bahía. Fue el punto fundacional del sistema defensivo. Fundado en 1645, el Castillo de piedra, fue armado con quince piezas de artillería, y contaba con un foso y dos torres. En su interior albergaba entre otras instalaciones una iglesia y dos conventos: uno franciscano y otro agustino.

Desde 1760 y 1769 la población de Valdivia se trasladó al lugar para iniciar las obras de construcción de la ciudad. El 26 de mayo de 1774 los vecinos acordaron volver a Valdivia, lo que generó que en la isla sólo quede una guarnición militar. Actualmente se conservan las ruinas de la fortificación a cargo de la Universidad Austral de Chile, la cual mantiene un Museo de Sitio.

Ubicado en el centro del puerto de Corral, el castillo tuvo dos nombres. Su construcción fue iniciada en 1645 y su obra de cantería fue levantada en 1678. En 1764 el ingeniero irlandés Juan Garland reconstruyó, en piedra cancagua y mampostería en ladrillo, la fortificación.

El Castillo se componía de tres sectores: El castillo propiamente tal (1765), la Batería de la Argolla (1764) y la Batería de la Cortina (1767). Fue el que contuvo más cañones de todo el complejo defensivo, llegando a poseer un total de 21, de grueso calibre.

Hace unos años se hacen recreaciones de la vida hacia 1800, con soldados de uniforme, armas de época, disparos de cañón y mosquetes como una semblanza de la vida civil y bélica de los fuertes.

Está ubicado en Niebla, borde norte de la bahía. Fue edificado en 1671 y bautizado en honor al virrey del Perú, el X conde de Lemos. Se levanta sobre escarpes de cancagua de unos 30 metros de altura, que lo hacen inaccesible desde el mar. Sus 18 cañones entrecruzaban sus balas con los cañones de las fortificaciones de la isla Mancera.

En 1992, para el quinto centenario del Descubrimiento de América, fue restaurado con aportes del gobierno de Chile y de España. Actualmente funciona un completo Museo de Sitio donde se muestra todo lo relacionado al sistema defensivo y a los criterios de la restauración de 1992.

Se ubica en la ribera sur de la bahía, cercano a Corral. Fue construido entre 1655 y 1661 y reconstruido en 1679, Llegó a contar con once piezas de artillería, que, por su estudiada ubicación, podían batir el fondeadero de las naves enemigas. Estaba aislado del exterior mediante un foso, que se cruzaba por un puente levadizo. En su interior había, además de los cuarteles y de la casa del comandante, una capilla.

A fines del siglo XVIII, el bastión fue reforzado y se incorporaron a él algunas edificaciones de ladrillo.

Actualmente, ninguna de las construcciones interiores del complejo está en pie, pero la estructura de piedra básica con sus piezas de artillería subsiste y ha sido objeto de restauraciones. Desde él se obtiene una panorámica de las fortificaciones de Niebla y Mancera.

Se ubicaba en el extremo occidental de la ribera sur de la bahía. Iniciado en 1763 con planos de José Antonio Birt, era un recinto parapetado donde estaba la tropa. A través de un puente levadizo se unía a una batería de seis cañones con horno para balas. Actualmente solo se conservan las ruinas de sus muros.